Reseña y Crítica de la Temporada 4 de "Trying" (2020)
La serie "Trying", creada por Andy Wolton y estrenada en 2020, ha logrado consolidarse como una de las comedias dramáticas más entrañables de la plataforma Apple TV+. En su cuarta temporada, que continúa explorando las complejidades de la paternidad y el amor, los protagonistas, Jason y Nikki, enfrentan nuevos retos que ponen a prueba su relación y su deseo de formar una familia.
La temporada comienza con un tono optimista, ya que Jason y Nikki finalmente han tomado la decisión de adoptar. Sin embargo, a medida que avanzan los episodios, la narrativa se sumerge en las realidades emocionales y logísticas del proceso de adopción. La serie logra equilibrar de manera magistral la comedia y el drama, ofreciendo momentos de risas genuinas mientras aborda temas profundos como la pérdida, la esperanza y la responsabilidad.
Una de las mayores fortalezas de esta temporada es el desarrollo de personajes secundarios. La dinámica entre la pareja y sus amigos y familiares se vuelve más rica y compleja. Cada personaje aporta una perspectiva diferente sobre la paternidad, lo que enriquece la trama y ofrece al espectador una visión más amplia de las diversas formas en que se puede experimentar la familia. Además, las actuaciones son sobresalientes, con Rafe Spall (Jason) y Esther Smith (Nikki) mostrando una química excepcional que hace que cada escena sea auténtica y conmovedora.
Visualmente, la serie mantiene su estilo acogedor y cálido, con una cinematografía que complementa perfectamente la narrativa. Los escenarios, desde la casa de Jason y Nikki hasta los lugares que visitan, están cuidadosamente seleccionados para reflejar el estado emocional de los personajes.
Sin embargo, la temporada también tiene sus altibajos. Algunos episodios pueden sentirse un poco alargados, y ciertas tramas pueden parecer predecibles para los espectadores más atentos. A pesar de esto, "Trying" logra mantener su encanto a través de su escritura ingeniosa y su enfoque en la vulnerabilidad humana.
En conclusión, la cuarta temporada de "Trying" es un viaje emotivo y divertido que sigue cautivando a la audiencia. Con su mezcla de humor y momentos conmovedores, la serie se reafirma como una exploración honesta de la paternidad y el amor. A medida que nos adentramos en los nuevos desafíos que enfrentan Jason y Nikki, queda claro que "Trying" no solo es un título, sino un reflejo de las luchas y alegrías que vienen con el deseo de ser padres. Sin duda, esta temporada es un testimonio del crecimiento y la resiliencia, y deja al espectador ansioso por ver qué les depara el futuro a estos entrañables personajes.