Reseña y Crítica de "This Is Us" – Temporada 3
"This Is Us" ha logrado, desde su estreno en 2016, consolidarse como una de las series más emotivas y aclamadas de la televisión contemporánea. La tercera temporada, que se emitió en 2018, profundiza aún más en el complejo entramado de la familia Pearson, explorando temas de amor, pérdida, identidad y la inexorable marcha del tiempo.
Desde el primer episodio de la temporada, queda claro que los creadores, Dan Fogelman y su equipo, han decidido llevar la narrativa a nuevas alturas, jugando con la estructura no lineal que caracteriza a la serie. A través de saltos temporales que abarcan desde la infancia de los protagonistas hasta su vida adulta, la serie logra entrelazar las historias de los personajes de una manera que resulta tanto conmovedora como reveladora.
Uno de los puntos más destacados de esta temporada es el desarrollo del personaje de Jack Pearson, interpretado magistralmente por Milo Ventimiglia. A medida que se exploran los eventos que rodean su muerte, la serie no solo rinde homenaje a su legado, sino que también ofrece una visión más profunda de sus luchas y vulnerabilidades. La relación entre Jack y Rebecca (Mandy Moore) se convierte en un eje central, mostrando que incluso el amor más fuerte puede verse amenazado por las adversidades de la vida.
La serie también se adentra en las vidas de los hijos de Jack y Rebecca: Kevin, Kate y Randall. Cada uno de ellos enfrenta sus propios demonios y desafíos, lo que permite al espectador conectarse con sus historias de manera íntima. Kevin (Justin Hartley) lucha con su búsqueda de validación en el mundo del espectáculo, mientras que Kate (Chrissy Metz) lidia con su propia autoaceptación y el dolor de su pasado. Randall (Sterling K. Brown), por su parte, se enfrenta a los desafíos de la paternidad y la presión de ser un hombre negro en una sociedad que a menudo lo juzga por su color de piel.
Uno de los episodios más impactantes de la temporada es “The Wedding”, donde se celebra la boda de Kate y Toby (Chris Sullivan). Este episodio no solo es un festín visual, sino que también se convierte en un catalizador para la reflexión sobre las relaciones familiares, los secretos y las expectativas. La serie se destaca en su capacidad para equilibrar momentos de alegría con otros de profunda tristeza, lo que provoca una montaña rusa emocional que mantiene al espectador al borde de su asiento.
Visualmente, "This Is Us" continúa siendo un deleite. La cinematografía, junto con una banda sonora cuidadosamente seleccionada, complementa la narrativa emocional de la serie. Las transiciones entre diferentes líneas temporales son suaves y bien ejecutadas, lo que permite que el espectador se sumerja completamente en la historia.
Sin embargo, la temporada también presenta algunas críticas. Hay momentos en los que la narrativa puede sentirse un tanto estirada, con subtramas que a veces parecen desviar el enfoque principal. Aunque la serie siempre ha jugado con el melodrama, en ocasiones puede caer en clichés que restan autenticidad a las experiencias de los personajes.
En conclusión, la tercera temporada de "This Is Us" reafirma el lugar de la serie en el corazón de sus espectadores. A través de una narrativa rica y personajes profundamente desarrollados, logra captar la complejidad de la vida y las relaciones humanas. Si bien puede haber tropiezos en su ejecución, la capacidad de la serie para tocar las fibras más sensibles del alma humana es innegable. Esta temporada, más que nunca, nos recuerda que, a pesar de las tragedias y los desafíos, el amor y la familia son lo que realmente nos define. Sin duda, "This Is Us" continúa siendo una obra maestra de la televisión moderna.