Perry Mason Temporada 2

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Reseña y Crítica de "Perry Mason" - Temporada 2 (2020)

La segunda temporada de *Perry Mason*, la aclamada serie de HBO, llega con una fuerza renovada y un enfoque más audaz en la narrativa y el desarrollo de personajes. Basada en los personajes creados por Erle Stanley Gardner, esta versión moderna de la historia del famoso abogado defensor sigue explorando los oscuros recovecos de la justicia en una Los Ángeles de los años 30, llena de intriga y corrupción.

Desde el primer episodio, la atmósfera es palpable. La cinematografía sigue siendo uno de los puntos más fuertes de la serie; cada toma está meticulosamente diseñada, transportando al espectador a una época en la que la ciudad era un caleidoscopio de luces y sombras. La dirección de Tim Van Patten, junto con el guion, logra mantener un ritmo que engancha, alternando entre el drama intenso y momentos de sutileza emocional.

La actuación de Matthew Rhys como Perry Mason continúa siendo uno de los mayores atractivos de la serie. Rhys logra capturar la complejidad de su personaje, un hombre atormentado por su pasado y decidido a encontrar la verdad en un mundo de engaños. En esta temporada, se profundiza en su desarrollo personal y profesional, ofreciendo al espectador una visión más rica y matizada de sus motivaciones. Además, la química entre Mason y sus colegas, como Della Street (Juliet Rylance) y Paul Drake (Chris Chalk), se fortalece, aportando un sentido de camaradería que es tanto un alivio como un contraste a la tensión que rodea a los casos que enfrentan.

La trama de esta temporada gira en torno a un nuevo caso que involucra un asesinato que está intrínsecamente vinculado a las luchas sociales y raciales de la época. La serie no teme abordar temas difíciles, como la desigualdad y la corrupción sistémica, haciendo que el drama legal resuene con la realidad contemporánea. El guion se siente relevante, llevando al espectador a cuestionar hasta dónde llegarían las personas por la verdad y la justicia.

Sin embargo, algunos críticos han señalado que la serie a veces se desliza en la sobrecarga de tramas y personajes. Con una narrativa que se expande en múltiples direcciones, hay momentos en que la historia puede sentirse un tanto dispersa. A pesar de esto, el enfoque en la evolución de Perry Mason y su lucha personal proporciona un hilo conductor que mantiene la serie unida.

Visualmente, la serie sigue siendo impresionante. La atención al detalle en los decorados y vestuarios transporta al espectador a una era pasada de manera efectiva. La banda sonora, que combina jazz clásico con composiciones originales, complementa perfectamente la atmósfera de tensión y nostalgia.

En conclusión, la segunda temporada de *Perry Mason* eleva las expectativas, ofreciendo un drama legal que combina intriga, desarrollo de personajes y comentarios sociales relevantes. Aunque haya momentos de complejidad narrativa, la serie sigue siendo un testimonio del talento del elenco y del equipo creativo detrás de ella. Con un final que deja al espectador con ganas de más, esta temporada solidifica aún más el lugar de *Perry Mason* en el panteón de las grandes series de la televisión contemporánea. Sin duda, es un viaje que vale la pena emprender.